El sector agrícola debió atravesar grandes obstáculos en 2018, con una amplia caída en la producción, cotizaciones internacionales oscilantes y un tipo de cambio que recién se está ajustando a un nivel de equilibrio que el sector puede aprovechar.

Mientras que el agro padeció una contracción de actividad, se prevé que una mejora en la producción el año próximo será el pilar para recuperar el crecimiento económico.

El bajo desempeño del agro contribuyó más a la recesión económica prevista para el segundo y tercer trimestre de este año que la devaluación del peso y las tasas de interés por encima del 40 por ciento.

En el avance del Presupuesto 2019 el Gobierno confía en que el PBI terminará el año con una mínima expansión de 1%, mientras que prevé un tenue crecimiento de 2% para 2019. En la magra performance económica de 2018 tuvo un peso decisivo la "caída del 15,7% interanual del sector agropecuario como consecuencia de la sequía, y un crecimiento de 2% del resto de la economía", según el análisis de Hacienda.

La apuesta del Gobierno por una expansión del PBI el año próximo se sostiene en que "los mejores pronósticos para la cosecha de trigo y el rebote de la cosecha de soja, en conjunto con la normalización de los mercados financieros y las mejores condiciones para la inversión conducirán la recuperación de la actividad para el próximo año".

"La sequía de los primeros meses de 2018 fue la más intensa en términos de pérdida de producción desde la sequía de 2009. El dramático déficit hídrico tuvo el mayor impacto a partir de enero, cuando la soja y el maíz estaban en etapa de maduración. A partir de marzo se comenzó a ver el impacto en los datos del sector agropecuario. Sin embargo, la caída más fuerte será en el segundo trimestre, cuando el peso del sector agropecuario sobre el nivel de actividad es mayor", indicó el adelanto del Proyecto de Presupuesto.

"En términos económicos, la sequía implicó una pérdida de aproximadamente un punto porcentual de crecimiento real del Producto Interno Bruto (consolidando el impacto directo e indirecto) para 2018 y una reducción de las exportaciones equivalente a USD 8.500 millones", subrayó el documento oficial.

Las consultoras participantes del Relevamiento de expectativas de Mercado (REM) del BCRA, proyectaron un crecimiento del Producto para 2018 de 0,5% interanual y mientras que redujeron la expansión esperada para el año 2019 a 1,6 por ciento.

Histórica pérdida de cosecha

La cosecha de soja de la campaña 2017/18 finalizó en 36 millones de toneladas, una cifra muy inferior a los 54 millones que estimó al inicio de la siembra, y 20 millones de toneladas menos que en la zafra anterior, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. De este modo, la cosecha de la oleaginosa del 2017/18 fue la más baja en nueve años.

La producción de soja respondió "al fuerte déficit hídrico estival que afectó durante más de ocho semanas la mayor parte de la región agrícola nacional, comprometiendo la condición del cultivo en sus etapas reproductivas críticas", dijo la entidad en su reporte semanal de cultivos.

Argentina es el principal exportador mundial de aceite y harina de soja y también es el tercer exportador mundial de maíz y un proveedor mundial clave de trigo. La aguda sequía, cuyo efecto empeoró con el exceso de lluvias del otoño, recortó rendimientos y causó importantes pérdidas en el área sembrada con soja, unas 18 millones de hectáreas.

Con respecto al maíz 2017/18, el impacto climático fue algo menor: la Bolsa de Cereales porteña prevé una cosecha de 32 millones de toneladas.

Un 2019 positivo

Según CIARA (Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina) y CEC (Centro Exportador de Cereales), "las condiciones de estabilidad económica alcanzadas en el país, con el reciente y auspicioso respaldo del Fondo Monetario Internacional, seguramente producirá una mayor compra de la cosecha gruesa, debido a la mejora en las condiciones de mercado que benefician a los productores, facilitando la comercialización de existencias".

Un dólar más alto y la confirmación del cronograma de reducción de retenciones son los fundamentos de estas mejores condiciones para la plaza de granos y derivados industriales.

CIARA y CEC prevén también "una cosecha récord de trigo con buenos precios y gran perspectiva para la cosecha gruesa 2019 (soja y maíz), por lo que se espera una cosecha récord histórica para el próximo año".


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